BIENVENIDOS A LAGUARDIA


Descubre qué ver y hacer


Fundada en el siglo X como defensa del Reino de Navarra, conserva casi intacto su trazado medieval.
Aguardan las iglesias fortificadas de San Juan Bautista y la de Santa María de los Reyes cuyo pórtico fue policromado por Juan Francisco de Rivera en el XVII.
Las calles de Laguardia están repletas de espléndidos edificios medievales, renacentistas, barrocos y neoclásicos.
 
Una villa amurallada que en el pasado fue importante atalaya que a día de hoy recibe al turismo  con los brazos abiertos mediante una excelente oferta enogastronómica.
 
El trazado medieval de las estrechas calles de Laguardia, las puertas de acceso a la villa y los restos de murallas que aún quedan te trasladarán en el tiempo, lo mismo que los restos del neolítico o de la edad del bronce que se encuentran en las cercanías y que son los más antiguos.
 
Una vez en sus calles, no dejes de visitar su pórtico policromado, la iglesia de Santa María de los Reyes, cuyos vestigios más antiguos datan del siglo XII, y la de San Juan Bautista, que cuenta con interesantes piezas de arte religioso como el retablo Mayor, una espectacular pieza barroca.
 
Uno de los mayores atractivos de Laguardia es poder acceder a los calados. Su origen se encuentra en la época medieval, cuando los habitantes de estos pueblos fortificados situados en tierras fronterizas buscaban protección ante los numerosos ataques.

Se considera que en Laguardia hay más de 300 cuevas o túneles que las unen, las cuales durante mucho tiempo fueron utilizadas como bodegas donde se elaboraba vino.

Cueva Dorretxe es única, no habiéndose visto el techo y el suelo recubierto con ningún tipo de material, dejándola al natural como antaño. Cuando se desciende a Dorretxe puede comprobarse como estaban unidas las cuevas.

   
 


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